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Pain

Yo te pido, dolor, una tregua Le pido a mis dolores un cese de funciones No debería pedirles Les exijo Los despido Borrón y cuenta nueva que dejen de sangrar que le bajen el volumen le pido también a la vida un respiro muscular pero sobre todo me pido a mí Las fuerzas que no están Alas Un mejor tiempo

Stuck

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Una caricia, Lo que fui Es ahora Tiempo que no pasa Que se apuren las agujas

Huellas

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¿Cómo le piden a esta marca que se anule? ¿Cómo le exigen a este resto "no te palpes"? ¿Si el propio Cristo, en su grandeza No pudo al mundo ocultarle los residuos de sus clavos? (¡Soy tan mortal como para bajarme de esta cruz!)

En el medio

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Balas van, Balas vienen Yo estoy en el medio como la que observa la brisa pasar Como la quiere chuparse el zancudo que aguza el oído Esa que anhela esquivar los golpes de la pólvora Pero las balas frías me caen La brisa me golpea El zancudo me roba la sangre Me hieren Caigo Ilustración: Michelle Blaney

Micro Lunas

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Cada luna que llega me suena el timbre. Es como recordarme que cada día estoy más en presente, que cada día estás más en el pasado, que el futuro es una sombra reventada donde no estás, no estoy, no estamos. Así, en plural. ..............................////////////////////.................................................................................. Le preguntaba a la luna de esta noche cómo se pretende brillar así Con el cielo barnizado de gris y miles de gotas destilando apatías Me dijo que el brillo no depende del ojo que lo ve Que lo que es, no hace falta que se vea Le creo. Eres y no te veo ..................................................///////////////////.................................................................. Ando sola, me coge de la mano. La calle está oscura y Caracas grita asalto. El gato del vecindario esconde su visión esmeralda bajo un guardafango. A veces pienso que ella me ve a mí, no yo a ella A veces pienso que me mira como la dama danzante de la Tier

Expectativas

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No esperes mucho de mí. Para lo mucho, el promedio termina siendo poco. Es mejor ir paso a paso Entendiéndonos humanos Comprendiéndonos parte de la única especie Que se suicida y se autoreduce. Me puede doler un pie, Molestarme la rutina de una consulta médica (Más aún si la consulta se ha vuelto rutina) Puedo oponer al Gobierno de turno. Maldecir la lluvia cuando me riza el pelo Soltar un coño de las entrañas si se me parte una uña. Maldecir a Meniere y sus desequilibrios. Puedo al mismo tiempo rogarte todo un día que dones un órgano Advertirte sobre el eminente paso de factura del planeta Hablarte de los millones de años que esperará el Sol o la Luna para rendirse Escribir un poema contra las grasas trans. Suprimir tu volitiva acción de atragantarte de nicotina. Puedo hacerlo todo y más. Pero también mucho menos No esperes que sea modelo Que eduque Que sea patrón, o ejemplo Espera que sea más humana Mientras quizás, y sólo así Aprendo yo también en el intento. Déjame aprender primero

Lenguaje

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Después de esa madrugada de pétalos danzantes, también llovió.Como en ésta.Al fragor de la copa de vinos que nos terminamos sobre los cuerpos y la complicidad de lo prohibido vivido a plenitud. Hubo dos cuerpos, pero una entrega absoluta, uniforme. Una sincronía en la que no medió tiempo de conocimiento, ni grado de afinidad predeterminado: esa afinidad tuvo definición en la misma delicia que planteó lo intersubjetivo. La lluvia se acostó conmigo en esas primeras horas, cuando la embriaguez de nuestro festín particular me impidió invertirle horas al sueño. Tenía que escribirte, escribirnos,;como si de eso dependiera el ciclo de los mares, el movimiento de rotación y la necesaria inclinación del eje terrestre, para que la luz no nos derritiese y el hielo no penetrase los calzones. Había la necesidad de dejar constancia por escrito del último segundo juntos. Decirle al mortal que me sucedería esa noche, o 12500 noches después, que estuve contigo, estuviste conmigo,estuvimos. Porque a fin

Conjugación

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Tuve tu latido respirándome. Tus jadeos soplando vida. Tus manos rimando con mis caderas. Tus letras prolongando el cuerpo distante. La pérdida. El adiós de tu espíritu Tengo la maña de deshojarme con los días. De apilar momentos de abducción. De sustrarerme en esta ecuación que extraña una variable. La rebelión contra el escaso tiempo que fue; lo largo del que será... Tendré... ¿Sin tí, tendré? *A la luna, que como yo, se está encogiendo desde adentro

Condicional

¿Si estuvieses a la orilla de este riel de metro, en esta tarde apretada de Caracas, transpirando el olor de la lluvia impregnada con el sudor de hora pico que se derrama como los miles de pasajeros en la estación, así también pensarías en mí? ¿Si cada resplandor del amanecer te apagara las luces en fracciones de segundo, mientras un recuerdo irrenunciable te arrebata hasta el valle de sombra de muerte tan temido y pudieras organizar la triste por tamaño, colores y sabores, quisieras olvidarme? ¿Si sonrieras una que otra vez de forma auténtica, desatorando la carcajada que prefieres contener, pero que como buen reflejo, puede más que la acción racionalizada que se niega a manifestar alegrías, te sentirías culpable? ¿Si el cuerpo te pidiera un estímulo, sus hormonas anhelasen el bautizo de unos brazos y la boca se repartiera en los tajos de la inactividad, te sentirías infiel por ese repique del deseo? ¿Si cada canción acercara mis pasos y en ellas las mariposas de lo perdido revolotote

Destino

Hay un mapa. Una hoja de ruta. Es más que seguro que existe un planteamiento general, un marco de fondo, la paleta básica para ir mezlcando los colores. El bosquejo de los trayectos, alguna que otra pincelada que los dibuja, esta de por sí y ahora lo entiendo, en esos mapas que contienen nuestros caminos inevitables, los inexcusables. En forma de momentos, hechos, tiempos. Personas. Ellos. Ellas. Podemos, está bien, decidir en la mayoría de los casos si cruzarlos, por dónde cruzarlos, cómo pasar a través de ellos. Pero su llegada, la alineación planetaria que crea las circunstancias favorables a los encuentros y desencuentros está preconcebida en ese mapa. Quizás sí, con las rutas alternas ("y si contesta negativamente, pase a la opción C") pero no todo está supeditado a la voluntad como afirman las ciencias del pensamiento y la razón. O mejor dicho, para llegar al momento de la toma de decisión necesario es atravesar una serie de condiciones que no siempre propiciamos: Par

Candles

Está la vida. Como capilla, como Iglesia. De pasillos largos y bancos que acogen la súplica del arrodillado. Con ofrendas de acción de gracia.Uno que otro confesionario para asegurar la santidad y expiar la culpa. El almacen sacramental: La bendición primera, la purificación con la hostia, el velo que abre su capullo para casar el corazón de la mujer. Pero también, y sobre todo, está el llanto. La dama del velo negro. El señor del crucifijo. La chica del rosario. Y un camino de santos con ojos que no ven y manos que no tocan, inventados por las necesidades que no caben más en el pecho de las personas. Los vitrales revelan la lucha de héroes espirituales liberados a pulso de fe y batalla de la opresión de sus demonios. Está ese olor de la iglesia a candela pisada, a redención. Al fondo del pasillo espeso, más allá de las miradas fugaces y las interesadas, está su trono. El del DIos que acompaña sin sotanas. El que bendice, perdona, consuela. Y llama. Sobre todo llama. Toca mi puerta

Lección 1

Si mi corazón fuese un cuaderno no sería doble línea, porque en la vida se me ha ido perdiendo el pulso como para escribir en cursivo sin salirme de los límites. Ya mis t no suben auténticamente, ni mis f descienden con voluntario encanto; las ìes naufragan en una tormenta sin puntos...No soy digna de seguir llevando caligrafías en los avatares que van crucificando letras. Tampoco podría ser un cuaderno de línea completa. Me pesa la pluma, como la mano, acaso porque hay extensiones de peso que van aterrizando y se aguarapan todas allí, justo donde deberían acudir las fortunas para sacarle punta a un lápiz desgastado por mordeduras. No me des tanta hoja, perdería más de la restada fuerza en esa incontinencia de las letras incapaces de llenar una página. SI fuese un block de dibujo, la titánica tarea de perseguir colores precisos para definir emociones qué difícilmente logro resumir en el pecho descartaría el planteamiento ¿Cómo pintas los dolores, si ellos son en la medida en que hay s

No lugar

El cielo no es un lugar, ni un espacio. No se puede medir con unidades de dimensión, o longitud. Si acaso, con las de tiempo. El cielo es un momento. Parpadeo. Cambio de switch. A cada día, su cielo. Las noches exhiben otro distinto. Curiosamente, al cielo deben sus nombres. Cada país tiene en apariencia, un cielo. Millones de ciudadanos cobijados por un manto azul que cobra cuerpo en esas miradas encharcadas. Se multiplican los cielos: Hay tantos cielos como dolores, sonrisas y oscilaciones de la escala emocional haya. Y puede no haber nunca cielo. En ocasiones, es maleable; con él juegas, te lo bebes. Algunas manos ajenas te lo acercan. Y aunque en él se destinan las mejores celebraciones, lo conoces pocas veces con las mejores ropas. Casi siempre, lo haces sin ellas. Pero cuando es el cielo quien decide jugar, duele. Se esconde y no puedes hallar a un "no lugar". Se muda el cielo y con él, los pedazos de tu carne, ensartados.Como tiempo que es, no se regresa. Mensajes al

Peinando la felicidad

La rutina del amanecer me recuerda que hoy es otro día más para ir largando felicidad. Esa curiosa materia que tiene un ritmo de vida similar al del cabello. Es vivaz y del color asignado por los genes en tus años de ingenuidad, cuando poco te importa si los demás te miran rubio o moreno. Salta por todos los espacios preguntando, increpando, haciéndose de un mundo al que también procura asignarles colores (Aunque hay infancias con mugres que obligarían a ponerle el punto final a este texto, las mismas que en cierta forma lo causaron) Se vuelve desafiante con la adolesencia, busca aceptación, busca maneras de crearse y empieza a probar la gama de todos los colores de moda o las que vayan perfilando eso que alguien llamó personalidad y te parece un concepto de independencia. Así la vas tiñendo, así va adquiriendo diferentes matices la felicidad hasta que como toda hebra de cabello sometida a traumatismo constante, empieza a debilitarse. Se parte cuando le aplicas color, o los tonos no c

Cobardía

En algunos días me temo como mi peor enemiga. Si mi sombra tuviese sombra, sería yo en una noche como ésta. Me temo en algunas de las precisiones que puedo esbozar, en esas esperanzas de último recurso a las que cuelgo fatalismos como aretes. Busco finales (un final) para un comienzo al que le estoy corriendo la arruga. Lo que más temo de mí es precisamente no contar con la voluntad de hacer derramar el vaso de las razones para temerme Escribo para hacerme aterradora en el silencio de los bytes

Olé

La fórmula fácil, la noción sencilla es: "Agarre el toro por los cachos". Tienes la capa roja. Adquiriste en algunos de tus tantos traspiés y coordenadas incoordenadas los movimientos necesarios para esquivar los cuernos. Te balanceas de maravilla al compás del pasodoble. Pero de pronto, te das cuenta que el problema no es el filo de los cachos, sino su ausencia. Es que hay más toro de lo pensado y son inútiles tus banderillas ¿Cómo neutralizas al animalón? ¿Cómo correrle la vida? ¿Lo detienes todo? Porque el público igual espera sangre ¿o no?

Soñé

Esta es la escena. Todo transcurre de prisa. Como deben suceder las cosas robadas. Las mejores. Mi sueño te cede un espacio. Llegas con tus lentes pulidas y ese cabello de suavidades ordenadas. Tu presencia. Una sonrisa: La sonrisa. Tú sonrisa. Dejo atrás la cama que riñe con mi cabello desafiante y ordenas el mechón detrás de la oreja, como lo hacías. Con la mirada te acepto. Mi sonrisa metalizada se duerme entre tus dedos. No podemos hablar. El tiempo pasa. Caminamos hacia el ventanal del cuarto. Lo atravesamos como si fuese el polvo que levantó tu despedida. Advierto mis pijamas, mi verguenza me increpa, pero lo saldas. Sólo de mirarte se torna vestido oro (Soy Izzie Stevens, pero mi vestido debe ser dorado y no rosa, porque dorado trajiste a mi vida y rosas ofrendo en tu dolor) Caminamos en la profundidad de una noche abrillantada (el cielo de pronto le sirve a Caracas) El aire ribetea las olas de la piscina que hace frente con mi cuarto. Que ya no es piscina, porque lo volviste ma

Reflejo

Una parte de tí se niega al reflejo fidedigno que arroja el espejo. Precisamente, aquella que acumula las marcas de tus clavos y las heridas dormidas bajo el sol. Y cuando contemplas tus ojos proyectados, de pronto la percibes: Encuentras dolor en la contemplación. Rehuyes tu mirada, porque sabes que el camino te ha vencido. El polvo acumulado es una daga para todo lo feliz que registra el anecdotario. Los daños tienen cobijo en tus ojos. Eres una mirada triste perdida en un amasijo de dramas. Eres la herencia de un pasado que te arrastró hasta aquí para remar en arena. Eres una mirada triste que se instaló sin opción de checkout. Te desconozco, pero ahí estás: Soy esa mirada triste vomitada por un reflejo. El espejo dio la vuelta

Ruego

Señor: ¿Si dejo que el sol me atraviese hasta hacerme translúcida? ¿Si dejo de mirar la luna Y le cedo mi puesto a un anciano? ¿Si estrello mis huesos contra el dolor Y quiebro mis uñas a ras de piel? Si todo eso ¿Me dejas unirme a él en el cielo?

Soledad

Satélite eres En esta isla de poesía exiliada Donde el tiempo me consume Tan lento como no quisiera

Resignación

La vida sigue por encima de todo. La vida sigue a pesar de tí. Nadie puede morir genuinamente de dolor como lo aspira. Ni en esas noches donde arrullamos el duelo y lo elevamos a un grado tal que parece consumir todas las funciones vitales. No se logra nada con tu rendición sobre la almohada. Tus lágrimas no son el catalizador suficiente para diluir el espíritu hasta su último momento. La vida sigue arrastrando todas tus cargas, junto a tu alma. Hasta que la ingrata sorpresa de vivir se disfraza como rayo del amanecer. Es saliva caliente desparramada por tu cara; ensordecedor latido matutino; sienes brotando a reventar. La obligación que se impone como rutina. La vida sigue y con ella los días, meses, años. Como luz, algún momento feliz descansará el montaje de tus noches de muerte. Pero su misma fugacidad hará que retorne el monstruo a sus raíces. Y retomarás esas noches, donde el sueño de morir es la única meta de vida. Volverán tus ahogados ojos a engañarte y creerás que has asfix

Inventario

Si te fuiste, llévate al menos esta Luna. Guárdala en tu saco de eternidades, tómala de la mano con esa firmeza tuya Hazle sentir, como a mí, que ese es el único lugar seguro. Que no me afecten más: Ni ella, ni el cielo. Todo lo que te puede ver ahora es mi enemigo. Arranca también este olor de la noche Para que no crujan las sienes Los susurros de la noche Y entonces así respire La tibiedad de la noche Y de pronto, poder pensar Embalsama este dolor Arráncalo, conmigo Conmigo.

Partida

No tengo cómo empezar. Aunque pudiese escoger entre muchos recuerdos. No sé muy bien que deba escribir acá. De tí. De mí. De nosotros. Nuestra unión. La sincronía de la vida que nos juntó. La desafortunada jugada que te sacó de este espacio donde respiramos aire para vivir. Y es que me dueles. Bonito. Como más duelen las cosas. Me dueles bonito, como duele la gente cuando se le termina la misión de vida de hacerte feliz durante su breve paso por la tierra. Me dueles bonito. Me dueles como un cuerpo sabiendo que te llevaste su mejor parte. Me dueles como los besos que no encontrarán un mejor compañero. Me dueles como la piel que se desembocó en tus espacios, como la piel que sólo tu conociste de esa manera. Me dueles como la complicidad de la carne, los secretos de la entrega. Me dueles como el hombre que redescubrió a la mujer y la arrimó de nuevo a existir. Me dueles como el hombre que resignificó todos mis conceptos. Me dueles como la mejor aventura vivida. Me duele imaginar tu cuerp

Invisible

La ciudad, un vómito Amasijo desechado de olores   Salados y amargos  son sus venas   La ciudad me mira desde su ignorancia Advierte las diferencias que nos acercan:   Riño con el ánimo fétido ella danza con su fetidez   Huyo de las mirada compasivas Ella persigue a quien se esconde   Juego con mis invisibles ella se hace notar   La ciudad es un pequeño mundo qué mal huele mal cobija mal respira   Dentro de mi mundo que cesa repetidamente  olfatos abrazos aire   La ciudad me delata

Mes Dos

El algún momento se me perdió el hábito de escribirte a diario.No hay una causa para eso que se parezca al olvido. Es que sí, te fuiste, y la vida de pronto comenzó a inquietarse también desde todos los ámbitos. Me has visto y lo sabes.Incluso, sé que ese rincón de mi cama es tu favorito y que mis sobresaltos de madrugada tienen que ver con tu presencia que acompaña. Son 60 días en los que me he codeado de tú a tú con la vida, con temas que resurgen; con otros que debutan. Y de marco, la temible certeza de que debo congraciarme con ellos porque me recuerdan este estatus de estar viva que ya no compartimos. Mentiría si no te dijera que la salida más fácil a todas las materias que me agobian y que elabora mi mente es volar a ese lugar tuyo, donde asumo que las aguas que ahogaban ya pasaron. Pero sé que no te honraría porque así me lo has hecho saber (también estoy segura de que fuiste tu quien me conminó a enviar a mi jefa al lugar donde se remojan los anos en aquel vívido sueño) Esa ser

Caída

El árbol que da frente con mi oficina se desangra ante mis ojos en flores amarillas que bañan la calle. El olor a flores es un estímulo pituitario con el que tengo que lidiar casi a diario. Y nunca me ha gustado el olor de las flores. Pertenezco a esa rara clase de humanos que no muere por el chocolate y no disfruta el aroma de una flor. Ese olorcillo me recuerda a momentos fúnebres y a instantes sombríos que materializan el peor de mis miedos: La muerte... Lo cumbre es que la mínima brisa que pasa va desangrando hojita por hojita el árbol. Y si mi vista masoquista se extiende, podrá apreciar como la escena del piso regado por ese color amarillo caído emula a un camposanto. Parece que cada flor que le huye a las alturas está bañando un cuerpo y acompañándolo en un paso hacia la inmortalidad, hacia esa incertidumbre llena de sombras e interrogantes que inunda a quien, sobre Tierra, divaga sobre el más allá. Anótese que tenía varios años sin pasar todo mi día académico o laboral frente