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Mostrando entradas de abril, 2010

Mes Dos

El algún momento se me perdió el hábito de escribirte a diario.No hay una causa para eso que se parezca al olvido. Es que sí, te fuiste, y la vida de pronto comenzó a inquietarse también desde todos los ámbitos. Me has visto y lo sabes.Incluso, sé que ese rincón de mi cama es tu favorito y que mis sobresaltos de madrugada tienen que ver con tu presencia que acompaña. Son 60 días en los que me he codeado de tú a tú con la vida, con temas que resurgen; con otros que debutan. Y de marco, la temible certeza de que debo congraciarme con ellos porque me recuerdan este estatus de estar viva que ya no compartimos. Mentiría si no te dijera que la salida más fácil a todas las materias que me agobian y que elabora mi mente es volar a ese lugar tuyo, donde asumo que las aguas que ahogaban ya pasaron. Pero sé que no te honraría porque así me lo has hecho saber (también estoy segura de que fuiste tu quien me conminó a enviar a mi jefa al lugar donde se remojan los anos en aquel vívido sueño) Esa ser