Touched

          
    
Soy este mar de líneas
En las que el pulso camina y calla

Soy esta copa de espuma
De amplia bruma y negra escarcha

Soy un manojo de vientos
Que arrastran pasos y agitan sueños

Soy la mujer de tu tiempo:
Extinción rauda, piel de un momento.
(Amante, Abril 2005, la autora)

Es en la fusión de las pieles donde la piel se reencuentra. Se conecta con su espíritu, se regodea en su grandeza.

Algunas veces necesitamos otra piel para respirar. Otra piel que te recuerde que tu piel se hizo para ser tocada. Una piel que, por instantes tenues, te sustraiga del desencanto y reactive todas las extensiones sensoriales del cuerpo, una piel que detone exhausta en la cumbre de un latido. Una piel que te respire en la nuca y llegue donde el sol no ha podido rasgar en tajos la epidermis.

Una piel que puede no amar, pero que en ese momento de simbiosis y de elevaciones orgánicas, puedes conocer exactamente qué es lo que siente.

Las pieles no engañan, menos en revolución.

(Pintura: Pasión, Morrone Jorge)

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